Al regreso de las vacaciones de Navidad, las y los estudiantes de Somosaguas
nos hemos encontrado con nuevos ataques a nuestros derechos: por un
lado, la limitación del número de las impresiones, y por otro, el
despido de los 19 trabajadores de mantenimiento. Esto supone un recorte
más de los derechos y un ataque a la clase trabajadora impuestos por las
autoridades académicas (Decanato y Rectorado respectivamente).
Este
año hemos tenido que hacer frente a una subida histórica de las tasas y
las matrículas han pasado de los 700 euros a los 1.200 de media. Si
tenemos en cuenta que el material obligatorio para superar una
asignatura asciende a los 30 euros entre manuales y lecturas
seleccionadas, señalamos que la limitación de impresiones para la
entrega de trabajos y apuntes básicos significará una cuantía económica
que sumar al ya desproporcionado precio que tenemos que pagar para
acceder a universidad pública. Esta medida concreta, implantada de forma
unilateral sin comunicación previa y aprovechando el periodo vacacional,
supone un peligroso precedente en nuestra facultad en la destrucción de sus conquistas históricas. Alegando la mala
utilización del servicio o el bajo presupuesto del que disponen, el
decanato y el rectorado falsamente progresistas se ponen en consonancia
con la argumentación gubernamental que disculpa los recortes de
servicios y supone que de nuevo seamos nosotros, trabajadores y
estudiantes, los que paguemos las consecuencias de la crisis
capitalista. En este sentido, debemos denunciar el papel que están
cumpliendo estas autoridades académicas como últimos responsables de la
cadena de gestión a los que les toca aplicar el recorte, en beneficio último
de las grandes empresas.
Desde los Colectivos de Jóvenes
Comunistas venimos denunciando durante años todo el conjunto de medidas
que, como esta, van destinadas a acabar con la educación pública tal y
como la conocíamos, con el objetivo de que los capitalistas recuperen
sus ganancias. Reduciendo en este caso un salario indirecto como es la
educación (pues ésta es financiada con la riqueza que se obtiene en el
proceso productivo gracias a las y los trabajadores) se nos conduce
hacia una educación cada día más elitista hasta el punto de llegar a la
expulsión de la mayoría de clase obrera de la universidad de aquí a unos
años.
Esta crisis la están pagando las trabajadoras de la
limpieza (cuya situación será similar a los de mantenimiento en escasas semanas), las trabajadoras de reprografía (a las que se les plantea un ERE o incluso el cierre del servicio) o los trabajadores de
mantenimiento despedidos porque la empresa ve reducidas sus
ganancias debido a la crisis estructural del capitalismo. Cuando no se
le puede dar salida a la anárquica y masiva producción estimada, la
burguesía busca recuperar esta ganancia suprimiendo el peso del “Capital
Variable”, en este caso las y los trabajadores. Fueron los grandes
monopolios los que suprimieron por encima de sus posibilidades y ahora,
como consecuencia más directa quieren enmendar su error despidiendo
trabajadores, sobrecargando de trabajo por el mismo tiempo y el mismo
salario al mismo número de personas (aumentando así la explotación),
privatizando y mercantilizando la educación pública para que sirva de un
nuevo mercado dónde los monopolios extraigan más beneficios para remontar
su caída general por la crisis...
En este caso concreto,
la expiración del acuerdo de la Universidad con la empresa que ejercía
el servicio (en última instancia dependiente de la ACS de Florentino Pérez, muestra de entre quiénes se reparten las tartas de los servicios públicos) tiene la doble intención de recortar gastos para el
funcionamiento de las instalaciones del campus por un lado, y hacer que
esta siga funcionando de la misma manera con los mismos trabajadores por
otra. Así se recorta en el servicio de la educación empeorando su
calidad, suponiendo esto la pérdida del salario para estos trabajadores
si la empresa no los recoloca, pero también la pérdida de un salario
indirecto colectivo por parte de toda la clase obrera. Por otro lado, con el
despido de los 19 trabajadores se sobrecarga el de unos 8 que vendrán puntualmente del
Campus de Ciudad Universitaria, soportando la carga de que otrora realizaban sus
compañeros. Cargar sobre 8 personas, a parte de sus obligaciones en Ciudad Universitaria, el
trabajo de 19 se traduce en aumentar la explotación, o lo que es lo
mismo, en aumentar el trabajo gratuito que estas personas realizan en el
mismo tiempo y por el mismo salario.
Son casos específicos pero extrapolables a la barbarie que vivimos en todos los sectores en todo el estado.
Para finalizar, desde los Colectivos de Jóvenes Comunistas, exigimos
que se restituya íntegramente el derecho de impresión gratuita porque,
aunque la asamblea de Somosaguas haya logrado (debido a una dinámica
continuada y exitosa de lucha) un aumento de 500 copias por
alumno, éste sigue siendo un parche y no podemos quedarnos únicamente en
la reforma, al igual que no nos contentamos únicamente con los pequeños
avances en otras materias, sino que buscamos la ejecución efectiva de
los derechos para las mayorías estudiantiles y trabajadoras. Exigimos el derecho de impresión también para el estudiantado de Trabajo
Social (que ya fue privado anteriormente de este derecho).
Por otro lado, exigimos que los 19
trabajadores de mantenimiento del Campus de Somosaguas recuperen su
puesto de trabajo y que éste pase ahora bajo contratación de la
Universidad garantizando ésta su estabilidad laboral y su salario.
Entendemos que esta reivindicación es insuficiente por lo que llamamos a
todos los trabajadores en lucha a que se organicen conformando los
Comités para la Unidad Obrera. Esta lucha parcial es necesaria vencerla
con formas de organización que aseguren la unidad del movimiento de
trabajadores desde la base y esta victoria es necesaria obtenerla no
para obtener una “mejores condiciones de explotación”, sino para avanzar
en la acumulación de fuerzas para llevar a la construcción del Nuevo
Poder político dirigido por la clase obrera. Sin este Nuevo Poder
emanado de la clase obrera en alianza con los sectores populares
cualquier reforma obtenida al calor de la lucha será sólo temporal y no
podrá subvertir el orden de una sociedad injusta que se funda sobre la
base de la explotación de empresarios y banqueros sobre la gran mayoría
trabajadora.
Manifestamos
que pondremos todas nuestras energías en organizarnos con el conjunto
del estudiantado y la clase trabajadora para dar las batallas que sean necesarias, por estos
derechos y tantos otros, por una educación al servicio de estudiantes y
trabajadores, y por la única sociedad que puede garantizarla: el
socialismo.
En cada centro de estudio: ¡Poner la Universidad al servicio de las hijas e hijos de la clase obrera!
En cada centro de trabajo: ¡Organizar los CUO y luchar por una nueva sociedad!
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